"Saeta Rubia. El River Plate de Alfredo di Stéfano (1926-1947)"
"Saeta Rubia. El River Plate de Alfredo di Stéfano (1947-1949)"
1ª edición: Logroño, Siníndice, 2018
Autor: José Antonio Ariza Gálvez
Con textos de Rodolfo D'Onofrio (Presidente de River Plate), Néstor Vicente (Presidente de CA Huracán entre 2003 y 2006), Rodrigo Daskal (Presidente del Museo de River Plate), César Luis Menotti (Campeón del Mundo 1978) y Diego Borinsky (El Gráfico, 1993-2018).
¡¡Con decenas de fotografías inéditas!!
PVP en librerías: 21,90 € (cada libro).
Precio bajo pedido directo a info@sinindice.es: 21,90 €. 42 € los dos libros
(incluyendo gastos de envío)
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ISBN: 978-84-17235-35-2
ISBN: 978-84-17235-36-9
Sinopsis:
Fue
en Barracas, una barriada porteña donde el fútbol llegaba a ser tan importante
como el comer, cuando un 4 de julio de 1926 doña Eulalia Lauhlé daba a luz el primero
de sus vástagos al que llamaron, en honor a su marido, Alfredo. El joven pibe,
que primero quiso ser aviador, poco a poco le fue cogiendo el gustillo a eso de
la pelota hasta llegar a convertirse en un verdadero malabarista del balompié.
Corría
el mes de abril de 1944 cuando al terminar la dura jornada de trabajo acudiría
presto al buzón del correo como hacía cada día, con la esperanza de recibir la
buena del club de sus amores. La tristeza de antaño desaparecería de inmediato
al leer preso de la emoción el contenido de aquella mágica carta. Había sido
llamado para realizar la tan anhelada prueba con River Plate cuando ya casi la
cabeza estaba más puesta en el cuidado de las labores de la finca que regentaba
su padre en Los Cardales que en el propio fútbol.
De
entre los más de trescientos chavales que asistieron al “casting”, fueron elegidos
únicamente dos, y “Stopita” (como así lo llamaba cariñosamente su abuelo), fue
uno de ellos. Desde aquel mismo momento pasaría a formar parte del equipo de la
Cuarta “B” compaginando sus actuaciones
con la Tercera “Especial” de River.
En
este primer volumen José Antonio Ariza Gálvez muestra al lector aquella etapa
más desconocida comprendida entre 1926 y 1947 de un joven Alfredo que iría
cumpliendo sueños a pasos agigantados hasta llegar al primer equipo de River
Plate.
El
autor ha contado con la colaboración inestimable del propio Club de Núñez, con
nombres tan ilustres como el de su propio presidente, Don Rodolfo D´Onofrio,
así como el presidente del Museo River, Don Rodrigo Daskal, quienes le han
facilitado un extraordinario dossier de documentos que verán por primera vez la
luz tras haber transcurrido casi 75 años desde entonces, lo que dota al libro
de un valor incalculable para los verdaderos amantes del fútbol de otra época,
la del blanco y negro.
La
guinda al pastel la pone Néstor Vicente, presidente del C.A. Huracán entre los
años 2003 y 2006 con el relato en primera persona de cómo vivió el debut de “El
Alemán” en “El Globito” allá por 1946 y de cómo en 2003, siendo presidente del
club, se produjo la visita de don Alfredo a la sede del Club “quemero”.
Sinopsis:
La
progresión de Alfredo Di Stéfano fue fulgurante. Tanto, que apenas unos meses
desde su llegada a la entidad presidida por Antonio V. Liberti, participaría
con el primer equipo en una serie de partidos amistosos, llegando a debutar
oficialmente en 1945 en el campeonato junto a los Moreno, Loustau, Pedernera o
el mismo Angelito Labruna (integrantes de la famosa Máquina de River), lo que le
supuso un honor de niveles superlativos.
Embriagado
por la emoción de algún día ser importante en River y para ir adquiriendo la experiencia
necesaria fue cedido al Club Atlético Huracán en 1946, donde cada una de sus
actuaciones se contabilizaban por pequeñas obras de arte, para posteriormente
regresar al club de la banda roja cruzada en 1947 con más fuerza que nunca y
convertirse en el líder absoluto de la nueva “Máquina”.
Luego
llegaría la selección albiceleste donde y a pesar de su suplencia inicial,
acabaría por liderarla y llevarla a ganar el campeonato sudamericano del 47,
conocido hoy en día como Copa América.
Pero
no todo iban a ser luces en el camino hacia la gloria ya que alguna sombra como
la famosa Huelga del 48 y su salida repentina rumbo a Bogotá para enrolarse en
las filas de los Millonarios de Colombia, son algunos de los aspectos menos
conocidos que se recogen en este volumen.
El
resto es ya historia, la que José Antonio Ariza Gálvez plasma en estos dos
interesantísimos libros que recogen minuciosamente cómo fue el periplo de la
Saeta Rubia por River Plate desde 1944 hasta 1949, donde ha contado con la
colaboración de los personajes más relevantes dentro del mundo del fútbol
argentino como es el caso en este ejemplar del D.T. César Luis Menotti, campeón
del mundo con la selección Argentina en 1978, Amadeo Carrizo, considerado el
mejor guardavalla de la historia del fútbol sudamericano, sin olvidar el broche
final de uno de los máximos estandartes dentro del mundo periodístico deportivo
argentino como es Diego Borinsky (El
Gráfico, 1993-2018).
Autor:
José
Antonio Ariza Gálvez nació en la localidad suiza de Schaffhausen el 9 de julio
de 1975. Diplomado en Relaciones Laborales por la Universidad de Málaga e
historiador deportivo. De padres emigrantes, los primeros años de vida tuvo que
forjarlos lejos de su tierra natal, lo que le valió para especializarse en
idiomas y arraigarse a la cultura helvética de forma plena.
Ya
desde una temprana edad despertó su gran pasión por la historia del fútbol, en
especial por el español y el argentino, en este último caso centrándose principalmente
en la figura de don Alfredo Di Stéfano y en la brillante “Edad de Oro” del fútbol
criollo. Aquellas grandes gestas llevadas a cabo dentro de la segunda mitad de
los años cuarenta del siglo pasado, donde la Saeta Rubia sustituiría al gran
Adolfo Pedernera al frente de la histórica “Máquina de River”, ejerciendo su dominio
primero en el fútbol sudamericano, para posteriormente trasladar su hegemonía a
Europa y al mundo entero, apasionaban tanto al autor que con el paso del tiempo
fue inevitable el encuentro entre escritor y futbolista.
La
inquietud de Ariza le valió para emprender un viaje fantástico en busca del relato
del propio protagonista, donde pudo sentir de viva voz cómo se produjeron
aquellas maravillosas e inolvidables conquistas, llegando inclusive a entablar
buena amistad con el propio don Alfredo.
“La primera vez que vi a don Alfredo
en persona sentí un miedo atroz ya que si bien la entrevista estaba concertada
desde hacía mucho tiempo a través de mi querido y admirado Alfredo Relaño, él
no la recordaba y montó en cólera. Pero ahí estaba la grandeza de la vieja
Saeta Rubia, ya que tras casi hora y media de conversación –cuando en un
principio el encuentro estaba previsto para no más de quince minutos–, el gran mago del balón acabaría por enternecerse
llegando inclusive a vérsele alguna que otra lágrima recorrerle sus sonrosadas
mejillas tras revisar el dossier de fotografías y documentos que le llevé de su
época de mayor gloria, algo que me hizo estremecer”.
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